A las puertas del Caribe se extiende la República Dominicana. Un país, que a pesar de tener sus costas bañadas por el mar del Caribe y el océano Atlántico, lo definiría 100% con sabor caribeño.
La amabilidad de su gente, el ritmo de la música omnipresente, sus playas de arena blanca, el sabor de sus frutas tropicales hacen que la República Dominicana lleve el sello de paraíso caribeño.
Para los que busquen bucear en la Isla tienen que saber que existen dos caras muy diferentes, la costa atlántica con sus destinos más populares como Bávaro y Punta Cana y la zona que baña el mar del Caribe donde la población de Guayahibe y la Romana se alzan como destinos más turísticos.
Así pues, no cabe decir que los que querías saborear el buceo en el mar del Caribe debéis ir a la costa sur de la Isla.
El mar del Caribe, con todo su esplendor, acoge en esta zona varios puntos de buceo donde destacan El Peñon, Punta Cacon, el pecio Sant George y como no, todo el perímetro que baña el parque natural de la Isla Saona.
Esta pequeña isla bañada por el mar del Caribe está situada en el extremo sur este del país.
En la Isla todavía habita una pequeña colonia de pescadores y bajo sus aguas se extiende un jardín de coral rebosante de vida y color.
En su mayoría las inmersiones no son muy profundas, entre 10 y 20 metros de profundidad. Todas ellas aptas para cualquier nivel que se tenga de buceo, lo que hace que sea un destino muy recomendable para aquellos que se inician en este mundo del submarinismo.
En mi caso, buceé con la gente de Dressel Divers International, un centro de buceo que tiene presencia en la mayoría de los hoteles Iberostar de toda la Isla. Gente joven alegre y simpática que hacen del buceo una actividad aun más atractiva de lo que es.
El documental de Aquafilms, Los jardines de Saona relata los secretos que descubrirán aquellos que decidan sumergirse en este pequeño paraíso que guarda celosamente el mar del Caribe.
Espero que os guste y disfrutéis de él.
Buen azul, amigos.